La autora y la obra

Nace en Buenos Aires en los años cincuenta pero es un cáncer de mama pasados los cuarenta años lo que la hace consciente del estar viva. Comprende la necesidad de hacernos cargo de nuestra propia existencia. Comienza entonces a estudiar el proceso vital más básico, la alimentación que le llevará a comprender cuan importante es en el desarrollo de los demás procesos vitales, la mente, el espíritu y por supuesto el cuerpo en toda su expresión. En medio de toda esta investigación y cuidando de sí misma, es cuando la vida le da una segunda oportunidad.
Le diagnostican un cáncer de pulmón terminal y es entonces cuando Marta Martín puede poner en práctica todos los conocimientos aprendidos. Las conclusiones y las nuevas preguntas que se van formulando en todo este proceso de desarrollo personal tanto físico como mental dan lugar a esta obra. En “Un vuelo que me salvó la vida”, nos revela como salvó su vida mirando al cáncer no como una condena, sino como una oportunidad para curarse. Su fe en una alimentación adecuada y la práctica continua de un pensamiento consciente la llevaron hacer del cáncer algo más que una enfermedad.
Marta Martín se ha convertido en una guía esencial para todos aquellos que quieran curarse, y de urgencia vital para los que todavía piensan que algo así no es posible. Objeto de estudio y sanadora, con la publicación de este libro nos hace participes a todos nosotros de la experiencia que la mantuvo con vida.

Escribir siempre ayuda

EXPERIENCIA PIONERA EN BOSTON
viernes 3 de octubre 2008
Escritura para aliviar el dolor del cáncer
Poner los sentimientos por escrito ayuda a mejorar la calidad de vida de estos pacientes
NUEVA YORK.- Algunos pacientes con cáncer pueden encontrar alivio en la escritura, según ha desvelado un nuevo estudio sobre los beneficios de esta 'terapia' en el dolor y en su calidad de vida.
Hasta ahora alguna investigación ya había sugerido que la llamada 'medicina narrativa' podía ser una buena forma de comunicación entre pacientes gravemente enfermos y sus médicos. Sin embargo, un nuevo trabajo ha demostrado que el acto de escribir en sí mismo podría ayudar a muchos pacientes oncológicos a entender mejor sus propios sentimientos y necesidades; e incluso aliviar su dolor físico.
El trabajo, dirigida por la doctora Soledad Cepeda, del Centro Médico Tufts (en Boston, EEUU), contó con la participación de 234 pacientes con cáncer, que fueron divididos en tres grupos. Una parte de ellos recibió los cuidados habituales, otro tercio tuvo que rellenar un cuestionario estándar sobre el tipo y el nivel de dolor que sufría, y los últimos fueron invitados a participar en un programa sobre escritura narrativa.
Concretamente, los especialistas les pidieron que pasasen al menos 20 minutos a la semana, durante un total de tres, escribiendo sobre su dolor, su enfermedad o cómo el cáncer afectaba a su vida diaria.
Al inicio del trabajo y posteriormente una vez cada siete días hasta que transcurrieron ocho semanas, los pacientes de los tres grupos rellenaron cuestionarios sobre su estado general y sobre los niveles de dolor que sentían, relacionados con el tumor en sí o con los diferentes tratamientos.
El equipo de Cepeda descubrió que los pacientes que habían puesto negro sobre blanco sus experiencias mostraban menos dolor y una mejor calidad de vida que el resto de participantes. Sin embargo, como describen en las páginas de la revista 'Journal of Pain & Symptom Management', aquellos casos en los que la escritura era neutra, y los pacientes no mostraban a través de sus textos ninguna emoción, la terapia no fue de utilidad.
Sus conclusiones sugieren que la liberación de sentimientos que se produce a través de la escritura es lo que alivia el dolor de estos pacientes; aunque no descartan que no sea así en el caso de las personas más gravemente enfermas, que podrían tener problemas para abordar abiertamente sus emociones. De hecho, un estudio similar publicado en la revista 'The Oncologist' concluía que los pacientes más jóvenes y los que acababan de conocer su diagnóstico eran los que más se beneficiaban de esta particular terapia.
Por todo ello reconocen que serán necesarios más trabajos para ratificar estas conclusiones y confirmar si animar a estas personas a revelar sus sensaciones por escrito puede tener otro tipo de efectos beneficiosos en su bienestar. Además, añaden, otras investigaciones deberían indagar si la comunicación oral sobre la propia historia también resulta positiva.

elmundo.es Salud (España)

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Dia Mundial de la Fibromialgia

Cuidar el cuerpo desde el plato y el mantel

13 de mayo 2010

Afmavi, que celebró ayer el Día de la Fibromialgia, ofrece a sus socios un taller de alimentación saludable

SI para cualquier persona cuidar la alimentación es importante, para aquellas que padecen una enfermedad como la fibromialgia, lo es mucho más. No en vano, la salud pasa en buena medida por la ‘gasolina’ que se le ponga. Y esa gasolina tiene que ser de excelente calidad siempre, sobre todo cuando se padecen los dolores a los que hacen frente las personas afectadas por fibromialgia.Conscientes de ello, los miembros de la Asociación de Fibromialgia de Ávila y Provincia, Afmavi, que ayer celebraron con una conferencia el Día Internacional de esta enfermedad, cuentan desde enero con el taller ‘Potenciación integral del ser’ que, entre otros aspectos, aborda la mejor manera de alimentarse en su caso.Al frente del mismo se encuentra la consejera macrobiótica Marta Martín, que cada martes aporta sus conocimientos a un grupo de unas doce mujeres. «Aquí trabajamos sobre todo para que hagan una comida sana y no opten por la ‘comida chatarra’, como los azúcares refinados», comienza a explicar la argentina, que desglosa algunos de los alimentos que más pueden beneficiar a estos enfermos. «Hablamos, por ejemplo, del té bancha, una infusión que está en el árbol tres años, por lo que su hoja pierde la teína y recupera calcio», describe las propiedades de este té, antes de mencionar el arroz integral, que «depura el organismo». Y esto es fundamental en el caso de los enfermos de fibromialgia porque, según Marta, son personas que habitualmente toman muchos medicamentos para el dolor y la depresión que en ocasiones aparece. «Se trata de dar un alimento al cuerpo para que las medicinas no tengan tanto impacto de choque y que les ayude a metabolizarlas». Y en el curso, en el que también se fomenta el consumo de legumbres, las verduras hervidas o las leches vegetales, se fomenta también el consumo de semillas, como las del lino, sésamo, girasol y calabaza.«En estos casos es muy importante combatir la osteoporosis», recuerda la consejera, que insiste en que con sus charlas no se pretende en ningún momento eliminar las consultas que los afectados deben hacer al médico de cabecera, al psiquiatra o al psicólogo.Y es que en este curso también se trabaja mucho la psicología. De hecho, junto con la alimentación, es el otro pilar de un taller en el que se trabaja para reforzar la autoestima de unos enfermos que no sólo hacen frente a sus dolores sino que, además, en demasiadas ocasiones tienen que enfrentarse a la incomprensión de la sociedad. «En muchas ocasiones las mujeres que padecen fibromialgia se sienten mal tratadas, porque se les acusa de histeria», se lamenta la monitora del curso, que insiste también en la necesidad de incluir el ejercicio físico en una vida sana.



Presentacion del libro en el Episcopio de Avila

Quiero agradecer la colaboricion y el cariño con que fui recibida y tratada por el Excelentisimo Ayuntamiento de Avila a través de su Alcalde el Señor Miguel Angel Garcia Nieto, la solicitud de Aureo Martin y en general de todos los colaboradores y secretarias.
Fue para mi, y lo seguira siendo compartir con ellos proyectos y colaboracion.
Quiero agradecer tambien a:
Juan Carlos Corbacho, a Montaña Dominguez y a todas las personas que de una forma y otra me han dado apoyo en la presentacion de mi libro "Un vuelo que me salvó la vida".
Tambien quiero agradecer a:
La Doctora Eva Yuste por su presencia
a Celia Sanabria y a Javier Lopez por compartir su musica.
a Pia Tedesco por cantar y estar.
a Ana Agustin a la que me une un afecto entrañable.
Tambien a al Doctor Jesus Hernandez y algunas de las enfermeras que han compartido conmigo dias menos felices.
Agradecer al público en general.
A mis amigos que han estado presente.
A los medios de comunicacion.
Gracias una vez mas.